La ropa térmica es la solución perfecta para hacer frente a la bajada de las temperaturas. Con ella ya no es preciso sumar capas y más capas de prendas para salir a la calle. Tampoco resulta necesario envolverse en pesados abrigos que dificultan la movilidad. Ha llegado la hora de descubrir la alternativa ideal a los viejos trucos puestos en práctica cada invierno.
Ropa térmica: funcionamiento y características
La ropa térmica engloba una serie de prendas provistas de las más diversas tecnologías para aislarse del frío, la humedad y el viento. Como resultado, ayuda a mantener la temperatura corporal. Por este motivo, independientemente de cuáles sean las condiciones atmosféricas, se consigue un confort único.
Para entender mejor su funcionamiento, es recomendable atender a sus diferentes características. Son las seis que, a continuación, se enumeran.
1. La ligereza
Cuando cualquier persona se prueba una de estas creaciones, lo primero que llama su atención es lo ligeras que son. Se adaptan al cuerpo como una segunda piel y no se nota que se llevan puestas.
Pero ¿cuál es la razón de que las prendas de este tipo apenas pesen? La respuesta se halla en el material en el que han sido confeccionadas. Por lo general, acostumbra a emplearse poliéster o poliamida en la composición del tejido.
¿Qué ventajas confieren? La más destacada es la posibilidad que ofrecen de usar estos diseños bajo otras prendas sin que lleguen a apreciarse. Solo quienes las visten son conscientes de que cubren su cuerpo total o parcialmente. Es lo que sucede, por ejemplo, con las camisetas. Quedan ocultas bajo una chaqueta o un jersey que actúe como una segunda capa.
2. La transpirabilidad
Esta es otra de sus características más importantes. La ropa térmica es transpirable, es decir, es capaz de absorber el sudor corporal y eliminarlo al exterior. Desempeñará esta función incluso cuando se lleven a cabo actividades que requieran de un gran esfuerzo y se sude mucho más.
El beneficio es claro. La prenda estará en todo momento seca, algo que no ocurre con otras propuestas textiles, como las fabricadas en algodón. Estas últimas se mojan y, como no transpiran, no evacúan el sudor. Hacen que, en consecuencia, se incremente la sensación de humedad. Y con ella, aumenta, igualmente, el frío que se siente. Supone una pérdida considerable de confortabilidad.
3. La elasticidad
Todas las prendas de tipo térmico son elásticas. Es una condición imprescindible a la hora de que cumplan la función para la que han sido ideadas. Y es precisamente esta misma elasticidad la que permitirá que se ajusten al 100 % a cualquier cuerpo, sea cual sea su forma y tamaño.
¿Por qué esta ropa debe ajustarse a la perfección a quien la viste? Porque esta es la única manera de que consiga mantener el calor del cuerpo. Si, por el contrario, quedara un espacio entre el tejido y la superficie corporal, por ser la prenda holgada, el frío del exterior podría colarse.
Del mismo modo, el sudor no llegaría a evacuarse como es deseable. En definitiva, no cumpliría su finalidad y, por lo tanto, no serviría de nada utilizarla. De ahí que sea crucial elegir la talla que realmente se necesita.
4. La termorregulación
Es con este término cómo se conoce al proceso que permite mantener una temperatura corporal estable. La persona que viste una prenda de ropa térmica logrará que se retenga ese calor tan necesario ante las bajas temperaturas existentes en el medioambiente.
Con el fin de que esta protección térmica se cumpla con las distintas temperaturas, no es extraño que se recurra a diferentes soluciones. Entre ellas, la inclusión de patrones de estilo acanalado en el tejido empleado en su confección.
5. La comodidad
No solamente se debe sentir que estos diseños se adaptan por completo al cuerpo como si se trataran de una segunda piel. También deben sentirse como si realmente lo fueran en la práctica. Eso quiere decir que la confortabilidad ha de ser total para que la persona que los viste se olvide que los lleva puestos.
Es por ello por lo que debe prescindirse de elementos que provoquen molestias de cualquier tipo, como las rozaduras o las fricciones que desemboquen en heridas. Basta fijarse en una de estas prendas para comprobar que, en la mayoría de los casos, carecen de costuras. Y cuando estas resultan inevitables en algunos modelos, se opta, por ejemplo, por las planas.
6. La función antibacteriana
Cada vez más creaciones consideradas térmicas incluyen esta innovadora función, resultado de llevar a cabo un tratamiento muy útil. Con su aplicación, se consigue que las bacterias que provocan el mal olor no lleguen a generarse.
Por tanto, quienes las lleven no tendrán que preocuparse de cuánto vayan a sudar con las actividades que desarrollen. Ni siquiera las de alto rendimiento generarán olores desagradables, lo que supone una ventaja clave.
Una completa y variada oferta de equipación de deporte
Las colecciones de prendas térmicas incluyen multitud de propuestas que se renuevan, temporada tras temporada, en función de las tendencias de moda. Las camisetas de manda corta o larga son las favoritas del público, seguidas de los pantalones, como los que se extienden hasta los tobillos. No faltan otros de diferentes longitudes, entre los que destacan los de esquí y los shorts.
Este tipo de equipación de deporte engloba, además, sudaderas con o sin capuchas, chaquetas que se cierran con cremallera, bragas de cuello, forros polares, etc. La lista no para de crecer.
En conclusión, adquirir diseños que permitan hacer frente al descenso de los termómetros y disfrutar de una total comodidad es posible. Y todo ello sin renunciar a cuestiones como la transpirabilidad, la ligereza, la elasticidad y el resto de las características reseñables. Son ventajas de las que puede beneficiarse el consumidor como consecuencia de los avances que han permitido la creación de tejidos especiales y sus utilidades.
De esta manera, la ropa térmica se ha convertido en imprescindible para cada vez más personas. Se ha hecho un espacio en el vestidor de deportistas y público en general.
